EL ACTOR ROBERTO JONES DECLARA SU SIMPATÍA POR EL CANDIDATO A PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA POPULAR
Entrevista de Hugo Castillo en su programa Utopía al actor Roberto Jones que recibió por unanimidad de la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay el premio Florencio a la mejor interpretación en el año 2008 por su obra -La memoria de Borges- “Yo aprendí muchísimo sobre el final, cuando vino Tepliakov acá, el ruso que lo trajo Raúl Rodríguez, el que va a ser presidente de la República”

 

 

Castillo: Bienvenidos amigos a Utopía en este lunes 13 de abril del año 2009.
Cambió la temperatura en la tarde aquí en la capital, está más fresco realmente,  así que si salen ahora, después de escuchar Utopía por supuesto, abríguense porque bajó bastante la temperatura.
Y estamos recibiendo con mucho gusto a Roberto Jones, actor uruguayo que ustedes ya conocen y que recibió por parte de la Asociación de críticos teatrales del Uruguay, por unanimidad, el premio Florencio a la mejor interpretación el año 2008 por su obra La memoria de Borges así que gracias por estar aquí Roberto.

Jones: No, gracias a ti Hugo, encantado de estar contigo.

Castillo: Estábamos conversando fuera de micrófonos con Roberto, cómo surgió esta obra escrita por Hugo Burel que se viene representando desde hace ya unas cuántas semanas en el teatro La Candela allí en la calle Ellauri y que tuvimos la suerte el privilegio de asistir al estreno   y cuando vimos ese espectáculo le auguramos al actor protagonista y al director, larga vida en esta memoria de Borges.
¿Cómo surgió Roberto esa relación que tuviste tú allá por los 80 con Borges?

Jones: No, en el 73. Cuando me tengo que ir de acá por razones políticas, voy a Buenos Aires y una de mis mejores amigas era la actriz Zulema Katz, que era judía, y digo que era porque lamentablemente murió en España, en el exilio. Y me dice Roberto mirá, hay una conferencia que va a dar Borges sobre la cábala hebrea en una sinagoga y yo digo ta, a Borges lo he leído como he leído a Cortázar o a Sábato, pero yo con Borges no tengo nada que ver. Estábamos en plena efervescencia revolucionaria en el 73, imagináte. Para mí Borges era un excelente escritor pero de ahí a ir a sentarme en una sinagoga a escuchar una charla sobre la cábala, que no tenía la menor idea de lo que era. Bueno, pero me dice no, pero no seas esquemático, vas a ver a un intelectual hablando sobre un tema que vas a aprender.
Y yo puedo decir que desde ese momento me cambió la vida porque me encontré con un libre pensador hablando sobre un tema muy difícil en ese momento pero que a mí me atrapó desde ese instante para siempre. Soy estudiante de Cábala desde el año 73 hasta ahora que sigo estudiando. Somos estudiantes porque la cábala nunca se termina de estudiar.
Entonces sucedió que después que escuché aquella magnífica conferencia y que agradecí a Zulema haberme dado esa oportunidad, a los pocos días, no sé si una semana, voy por la calle Florida bajando y en el Florida Garden, que está más o menos a una cuadra de la Plaza San Martín, me encuentro a Borges tomando un café, solo. Y dije yo entro, ¿qué me puede pasar? Entré y le digo a los mozos ¿puedo hablarle?  Sí, cómo no. Entonces fui y lo abordé

Castillo: Lo abordaste directamente

Jones: Así directo. Le dije perdóneme, le quiero decir que lo escuché en la conferencia que dio hace unos días sobre la cábala. Ah sí, qué interesante. Tome asiento, ¿qué quiere, un café? Y ahí empezamos una charla muy larga que tuvimos que fue como de 2 horas o más. Y no venía nadie  además a la mesa. Yo pensé que estaba esperando a alguien pero me dijo que no.  

Castillo: ¿Él tomaba un café?

Jones: Café tomaba. Y yo pedí café. El café no me gusta pero habré tomado como 5. Y ahí me empezó a explicar qué era la cábala, me preguntó quien era yo, por supuesto le dije que era un actor uruguayo pero después me dio el teléfono de la casa de él. Y yo lo llamé varias veces sobre el tema porque empecé a comprar libros, incluso tuve una charla con unos rabinos de unas sinagogas, me empecé a interesar en el tema y después me tuvo que ir de Argentina cuando el golpe del 76 de los militares, de Videla.
En el 83 yo ya estaba acá en Montevideo, viene la BBC de Londres   y hace un largometraje sobre Borges. Yo estaba haciendo los Tres tristes tangos de Paredes dirigido por Denevi, con Arteaga y Mena, que después fue a televisión en el canal 10. Bueno, estábamos haciendo eso, viene la BBC y a mí me elige para hacer a Borges joven y entonces yo le cuento a la BBC lo que pasa. Que lo conozco pero que eso fue hace 10 años entonces me dicen bueno, vamos a hacer una cosa: lo vamos a dejar mucho tiempo a solas con él. Incluso cuando venga del aeropuerto va a dejar las cosas en el hotel, va a bajar y se van a ir a comer juntos. Y nos dejaron solos en la parrillada el Fogón de San José. Y ahí él de entrada me dijo lo que yo digo en la obra: no vamos a hablar de literatura nada. Entonces hablamos de cábala. Durante el rodaje hablamos de política, de la vida, de todo. Era un pensador, lo que pienso yo que podía ser un Sócrates. Esas personas que te atrapan y todo lo que dice es algo nuevo. A mí me removía internamente completamente las cosas que él pensaba y decía ¿cómo puede pensar? Aunque estuviera en contra, me parecía maravillosa toda esa elucubración intelectual que hacía él de las cosas.

Castillo: Estabas escuchando a un maestro.

Jones: Exacto. Un maestro sí, ¡un maestro! Como yo digo en el final de la obra: maestro. Porque él siempre decía yo no soy nada.

Castillo: Y en ese mano a mano hablaron de la cábala, hablaron de la película...

Jones: Estábamos haciendo la película, yo estaba haciendo de él, a él eso le pareció muy cabalístico, muy místico, no casual.

Castillo: ¿El recordaba aquel encuentro en Buenos Aires?

Jones: No, yo se lo hice recordar y tenía una vaga idea, no se acordaba mucho. Pero le parecía medio mágico que él hiciera de él mismo y yo hiciera de él. Eso le parecía un encuentro que al destino le gusta tejer. Era muy borgiano lo que pasaba.
Y esa toma que hay cuando estoy en el Cerro de Montevideo sobre ese banco de piedra, yo estaba hablando del otro del cuento, de Borges, del otro, que es el tema fundamental de él: yo no soy yo sino que Borges es Borges y yo no soy Borges. Borges se lleva todos los méritos y yo no. Ese desdoblamiento que tenía él y esa filosofía nihilista. Pero de repente tenía unos chispazos de humanismo fenomenal. De repente decía una barbaridad que vos decías pero esto es una cosa tan reaccionaria y de golpe pasaba a decir una cosa maravillosa.
En plena guerra de las Malvinas por ejemplo cuando le preguntaron ¿pero cuál es este conflicto?  Y yo el conflicto lo resuelvo muy fácilmente, yo las Malvinas se las doy a los bolivianos que no tienen agua. Plantear políticamente eso era fenomenal.

Castillo: ¿Cómo te veía a ti, cómo sentía que tú interpretases al Borges de 40 años?

Jones: El venía con María Kodama y yo escuché de pasada que le preguntó ¿es buen mozo? Fijáte lo que preguntó. No escuché lo que dijo ella, pero él estaba preocupado por eso.

Castillo: ¿Y por la voz?

Jones: Ya en aquella vez en la calle Florida pienso que tuvimos una empatía muy especial.

Castillo: Porque ya en aquel encuentro él no veía

Jones: No. En el 73 tenía 73 años, 83 tenía en el 83 y a los 50 quedó ciego o sea que hacía 23 años que ya no veía. El veía un amarillo. Estábamos en el Cerro y estaba anocheciendo y yo le dije ¿cómo ve el sol? Y me dijo lo veo como una cosa naranja.
Yo pienso que me uní a él de una manera muy especial y por eso cuando hago todas las funciones me emociono enormemente cuando lo convoco a que venga a mí y que me abrace.

Castillo: Se nota eso, el público siente que te emocionás, le transmites esa emoción al público y reacciona de la forma que reacciona el público.

Jones: Sí, que pensamos que iba a ser una cosa intelectual y resultó eso, pero resultó sobre todo un espectáculo sumamente emotivo. Para el público es sumamente emotivo porque colegas queridísimos pero que son duros, han venido todos al camarín a abrazarme, emocionados.

Castillo: Es que era un desafío muy difícil porque la figura de Borges es enorme, tiene una gran importancia en el pensamiento contemporáneo y su literatura por supuesto.
Después de ese encuentro cuando estuvieron rodando para la BBC, ¿nunca más lo viste?

Jones: Nunca más lo vi. Cuando supe que se fue a Ginebra a morir me apenó muchísimo, cuando supe que tenía esa enfermedad terminal. Cuando murió hice un duelo mío, personal.

Castillo: ¿Y cómo se despidieron aquí en Montevideo?

Jones: Nos despedimos con un fuerte abrazo, un gran abrazo que yo lo sentí y que lo vuelvo a sentir ahí cuando abrazo a mi cuerpo que siento que lo abrazo a él de vuelta.
Un fuerte abrazo y él como siempre muy educado. Siempre fue muy abierto, el que quería ir a la casa que fuera. Siempre me invitó a ir a la casa y para mí eso bastó porque yo digo pero esto ya fue un premio para mí. Salimos a comer con él y con la que era la madre de mis hijos y él le ha dedicado un libro a ella y teníamos una relación de amistad muy fuerte.

Castillo: ¿Y qué opinó de la película él, vos lo veías contento?

Jones: No se qué opinó de la película porque no sé si la vio. Estaba contento pero muy alerta. Date cuenta que era la guerra de Las Malvinas. La BBC de Londres no había podido entrar a Buenos Aires porque la Junta militar no la dejaba entonces también de parte de los ingleses había cierto juego político de querer agarrar la figura de Borges para oponerla a la dictadura argentina y él se daba cuenta de eso por eso creo que lo de los bolivianos fue una manera de tirarla para afuera.
Pero muchas veces le preguntaban sobre civilización o barbarie para que fuera para el lado de Sarmiento para tirar para el otro lado y él muy hábilmente se la sacaba de arriba. Decía: civilización o barbarie y que puede hacer la civilización que viene con cañones y con rifles y los pobres indios andan con las lanzas, ¿cuál es la civilización y cuál es la barbarie? Y ahí los ingleses quedaban medio descolocados.

Castillo: Pasaron los años y tú te quedaste con esa espina clavada de decir yo tengo que hacer un unipersonal, un espectáculo de teatro en el que recoja esa experiencia formidable para ti que como decías te cambió la vida, y plasmarla en algo, hasta que te pones en contacto con Hugo Burel, el autor, le planteas este tema y él se pone a escribir. ¿Es así?

Jones: Sí, es así porque yo planteo hacer un último personaje y retirarme como actor. Entonces digo que me gustaría hacer un unipersonal porque había hecho un monólogo que es distinto.
Me gustaría hacer un unipersonal, un espectáculo que me salga como decía Otermi, que me perfume el alma y me despida con esto. Y le conté esto a Hugo y enseguida se entusiasmó, me dijo esto es maravilloso, yo no sabía que te había pasado esto, vamos a escribirlo. Ahí surgió este texto y como tú dijiste, me jugué con todo, con todo el amor que le tenía a Borges, con todo lo que siento por la cábala, la posibilidad de interactuar conmigo que nunca lo había hecho y bueno, me jugué a entregarle eso por última vez al público uruguayo que tanto le debo. A ustedes los periodistas, los críticos que siempre desde que empecé tuvieron tanta deferencia, me trataron tan bien, a mis colegas, bueno, y resultó

Castillo: Un formidable espectáculo y una interpretación realmente inolvidable y memorable la que hace nuestro invitado Roberto Jones que está hoy aquí en Utopía.
Roberto, ya que estábamos hablando de tu agradecimiento al público y a los críticos de tu carrera en el teatro uruguayo, ¿cuál fue tu primera presencia en las tablas de este país?

Jones: La primera amateur fue en la parroquia de Millán y Suárez. Era San Carlos Borromeo. Allí hice Ha llegado un inspector, de Priestley. Luego, cuando empiezo la carrera profesionalmente en el año 65 con el grupo 65 que formó Pepe Estruch...

Castillo: Inolvidable director español

Jones: Inolvidable maestro de todos nosotros. Éramos once egresados de la EMAD que formamos un grupo que decidió no entrar a la Comedia y tampoco decidió integrarse a otras instituciones independientes. Formamos un grupo joven llamando a primeras figuras y a buenos directores y con buenos textos y atrás de Pepe, mi primer trabajo fue Burla por burla de Lope de Rueda, dirigido por Pepe. Lo protagonizaba Juan Jones, mi tío Juan, en el Odeón. Un éxito, arrasó con todos los Florencio ese año.

Castillo: Claro. Y ahí sigue una carrera que después estás en la Comedia Nacional también.

Jones: 8 años estuve.

Castillo: ¿Y por qué dejaste la Comedia?

Jones: Porque quería hacer lo que a mí me gustaba. La Comedia tiene una ventaja que es la económica

Castillo: Pero tiene una desventaja que a veces te encasilla en cosas que a veces no querés hacer.

Jones: Claro. En mi caso es así, para otros no, otros lo llevan muy bien. Yo no podía estar permanentemente lidiando con el quiero hacer esto y... Todas las cosas que hice en la Comedia me llenaron de satisfacción también. Recuerdo una

Castillo: Florencio Sánchez por ejemplo

Jones: Exactamente. En familia dirigida por el querido Dumas Lerena. Estuvimos 3 años en cartel, la llevamos a Caracas también. Pero no tenía libertad para elegir lo que yo quería y me fui, decidí irme. Viste que lo difícil en nuestra profesión del teatro es tomar decisiones. Sobre todo como en el caso mío que vivo nada más de la actuación, hice actuación y nada más.

Castillo: Hiciste docencia también

Jones: Sí, claro, pero dentro de la actuación porque he hecho radio, televisión, cine, teatro y docencia. Y me fui. Y fijáte que me fui en el 94, ese mismo año hice Rompiendo códigos y gané el Florencio

Castillo: Espectáculo formidable en el teatro Del Notariado

Jones: Lo pasamos al Galpón después a la Alianza Francesa y estuvimos 3 temporadas y media, más de 400 funciones hicimos

Castillo: Fantástica la obra de aquel científico inglés

Jones: Sí, de Alan Turing. Y eso fue cuando salí de la Comedia así que dije bueno, esto es un buen augurio. Y como siempre di clases y le agradezco mucho a mis alumnos porque con ellos sí que aprendí. Ahí sí que se aprende con ellos, no hay vuelta.

Castillo: Estuviste en Maldonado...

Jones: Estuve en Maldonado 16 años y después me fui a Colonia. Yo adoro el teatro del interior porque lo hacen con un sacrificio! En Montevideo también porque lo hacen con sacrificio en este momento pero en el interior lo hacen realmente con el alma entonces las veces que yo fui a dirigir, sobre todo a enseñar porque más que dirigir yo fui a enseñar, a dar cursos de formación docente porque yo creo que lo que falta un poco es la teoría del teatro. Tenemos excelentes actores, excelentes actrices, pero en la parte de la teoría, de la metodología falta y es ahí donde yo empujo, meto. Y bueno, fueron más de 30 y pico de años de docencia, que ahora se me reconoció todo esto con la Comisión reparadora. Se me reconoció desde que caí preso, se me reconoce todo lo que hice en Argentina...

Castillo: ¿En qué año caíste preso?  

Jones: En el 72. Entonces se me reconocieron los 43 años de teatro y me pude jubilar con una jubilación que yo no esperaba realmente. Siempre luché por la jubilación porque era mi profesión. Yo decía ¿qué me va a pasar a mí cuando sea viejo?

Castillo: Acá está totalmente desasistido el artista. Pienso en los actores, pienso en los bailarines que tienen una carrera muy corta de 15 ó 20 años nada más y qué hacen con el trabajo y lo que brindaron a esta sociedad.

Jones: Y los poetas y los escritores y  los escultores, los plásticos 

Castillo: Es algo que hay que bregar para que salga la jubilación del artista que ofrecen todo lo que tienen a los demás. Esos sí que se preocupan no de ellos sino de brindarle a los otros su arte. Y sin embargo esta sociedad todavía le cuesta admitir y corresponder como sería justo otorgarle la jubilación a los artistas.

Jones: Sí Hugo porque date cuenta, y lo digo con todo respeto, la prostitución, el trabajo sexual, está  reconocido y se jubilan. Y el trabajo artístico no está reconocido. Fijáte qué sociedad más extraña. Pero en el caso mío yo no puedo decirlo porque a mí me llegó. Soy el primer actor que me jubilo fuera de la Comedia Nacional porque en la Comedia te jubilás porque sos un funcionario municipal pero acá no, al reconocerme los 43 años de trabajo, me reconocieron como actor entonces soy el primer actor que me jubilo entonces ojalá yo sea el que abra la brecha, el que siente un precedente.

Castillo: Has manifestado que este es tu último trabajo.

Jones: Sí, como actor sí. Pienso dirigir. No por una decisión espiritual ni vocacional mía sino clínica, médica. Tengo un problema neurológico hereditario de mis padres, mis tíos, mi hermano, mi sobrino que es médico y ya no puede ser cirujano siendo tan joven

Castillo: Pero ese problema neurológico y perdona que toque este tema tan delicado, sin embargo te permite hacer con total prescindencia de él en estas interpretaciones.

Jones: Sí, pero no más allá de esto Hugo porque yo tengo que medicarme entonces un poquito más de medicación que me pase ya no podría hacerlo porque estaría totalmente sedado, no podría concentrarme...

Castillo: Pero sí te va a interesar dirigir

Jones: Ah, sí. Porque pienso que yo, por mi docencia, soy un buen director de actores. No de puesta, pero sí de actores. De actuación yo conozco bastante, ahí me tengo fe entonces pienso que podría ser un buen director de actores como hay en otras partes del mundo que son los master e incluso los actores de cine buscan hacer el personaje con un master al lado.
Bueno, yo para eso me tengo mucha confianza y de hecho muchos directores extraoficialmente me llevan a sus espectáculos antes de estrenarlos para que yo los vea y siempre hago indicaciones sobre la actuación. En eso tengo mucho conocimiento y como yo amo al actor, lo amo...

Castillo: Y ahí hay un espacio importantísimo a cubrir que es precisamente la formación de los actores de nuestro país que tienen muchas carencias. El saber caminar, el saber estar plantado en un escenario, el saber mirar, el saber hacer la contra escena correspondiente es tan importante en un espectáculo, que solamente los muy buenos actores, los muy dotados, son capaces de llevarlo adelante. Si no necesitan un maestro al lado, evidentemente necesitan.

Jones: Sí, sí. Eso es en todas partes y además es bueno que sea así. Yo aprendí muchísimo sobre el final, cuando vino Tepliakov acá, el ruso que lo trajo Raúl Rodríguez, el que va a ser presidente de la República.

Castillo: Opa, eso es muy bueno. Atención Raúl...

Jones: Raúl, que somos muy amigos y lo trajimos a Valentín Tepliakov que dio unos cursos acá con los que nos cambió totalmente la cabeza sobre todo desde el punto de vista docente y de lo que es el actor. Lo trajo Raúl. Yo en ese momento estaba en el Ministerio y convencí al Ministro de traerlo, de conseguir un dinero y poder traerlo. Lo trajimos varias veces y lamentablemente como siempre nos pasa, no pudimos lograr que los directores concurrieran a los cursos de Valentín Tepliakov

Castillo: ¡Fíjate con lo importante que es alguien que ha estado en la cuna de Stanislavski por ejemplo!

Jones: Es el maestro más grande de Stanislavski que hay en el mundo, anda por toda Europa, por todos lados. Sin embargo lo vio Adebal Junior y se lo llevó a Brasil. Entonces él va a Brasil ahora, acá viene de vacaciones porque le encanta Uruguay.

Castillo: Aparte de esta memorable actuación que haces interpretando a Borges, 2 ó 3 papeles que recuerdes en tu carrera.

Jones: Y, los más difíciles

Castillo: ¿Por ejemplo?

Jones: Hamlet, dificilísimo y es lo que más recuerdo

Castillo: ¿Con dirección de quién?

Jones: Con dirección de Luis Alvarado, crítico y dramaturgo.
El hizo una versión excelentísima porque sabía mucho inglés e hizo una traducción que era una prosa verseada, era muy lindo ese texto. Y bueno, con Beatriz Masons haciendo la reina y a Ofelia la hacía Ana Rosa, fue un espectáculo que para mí hubo un antes y un después de Hamlet. Me acuerdo que Maggi me dijo "te subiste arriba del caballo". Ya tenía 12 ó 15 años de teatro.
Después de Hamlet el Hombre Elefante dirigido por Skinka con Fontana y Beatriz Masons y luego Rompiendo códigos, muy difícil, dificilísimo por el ritmo que tenía que tener, las características que tenía, y ahora Borges. Son las cuatro.

Castillo: Yo les pido a los oyentes de Utopía que ya tenemos una relación de mucho tiempo, que si no han visto todavía a Roberto Jones en Memoria de Borges en el teatro La Candela, no pierdan la posibilidad de ver una gran interpretación de teatro. Y lo digo así, con la pasión y el calor que ustedes ya me conocen.
Es una de las grandes interpretaciones que se han hecho en el teatro uruguayo la que realiza Roberto Jones en esta obra escrita por Hugo Burel y dirigida por Alvaro Ahunchain. Teatro La Candela, funciones los sábados y los domingos. Los sábados a las 19 y 30 y los domingos a las 17 y 30.
Seguramente por razones de programación no estará muchas semanas más así que aprovechen porque les va a quedar en la retina, en el recuerdo, en la imagen, una gran interpretación de teatro, de esas que no se olvidan con el tiempo.
Yo le agradezco muchísimo a Roberto Jones que haya tenido la generosidad de venir a Utopía en esta obra que según ha declarado y las razones que ha expuesto, será como actor su última interpretación pero sí lo tengamos para seguir disfrutando de espectáculos dirigidos por él.
Y que ojalá se cumpla se cumpla lo que dijo hace un rato de Raúl Rodríguez. Yo no sé si será presidente de la República, pero sí que reúna la mayor cantidad de adhesiones posibles. En eso también estamos embarcados.
Te agradezco mucho Roberto tu presencia y reitero: teatro La Candela en la calle Ellauri, allí al costado del Shopping Punta Carretas. Funciones los sábados 19 y 30 y domingos 17 y 30.
Quedan pocas semanas seguramente. No se olviden de esta recomendación que les hago. Un abrazo Roberto

Jones:    Un abrazo grande. Y en ti quiero agradecer a todos los críticos y a todo el periodismo que no sea crítico por todo lo que me ha apoyado.