10 de abril de 2012

 

MENSAJE DE LA 36

 

CUANDO EL PUEBLO VENEZOLANO DERROTÓ AL FASCISMO

COMO FUE EL GOLPE DEL 11 DE ABRIL EN VENEZUELA

“Ustedes no tienen bolas para bombardear Miraflores”         
ExMinistro de Defensa Vicente Rangel

 

“No es lo mismo advertir la ruptura del hilo constitucional desde la pantalla de un televisor que desde el Palacio de Miraflores”. Entrevistado por Hugo Prieto y publicada en Últimas Noticias, es una conversación que no tiene desperdicio.

No fue, precisamente, un día común y corriente. En la indagatoria de cada quien, si hubiese que comparecer ante un tribunal, habría que dar cuenta de un “hecho curioso e irrepetible”, tal como lo señala el horóscopo.

Pero muy pocas personas pueden hablar desde el mismo genoma del poder. No es lo mismo advertir la ruptura del hilo constitucional desde la pantalla de un televisor que desde el Palacio de Miraflores.

Hay una gran diferencia, por eso esta entrevista se cae de madura: ¿Cómo fue el 11 de abril de José Vicente Rangel?

“De los tres cargos que he ejercido en la presidencia de Hugo Chávez: Canciller, ministro de la Defensa y Vicepresidente Ejecutivo, el que más me gustó fue el de ministro de la Defensa”, afirma Rangel. Cabe recordar que para el 11 de abril de 2002, el día del golpe de Estado del cual se conmemoran 10 años, Rangel era, precisamente, el ministro de la Defensa.

¿Cómo comenzó ese día?

Yo suelo levantarme muy temprano, a las 3 o 4 de la madrugada, y así lo hice el 11 de abril. El día anterior hubo una reunión con altos jefes militares en Miraflores, algunos de ellos saltaron la talanquera y quedaron informados de las medidas que iba adoptar el Gobierno (se alertaría a las fuerzas políticas que apoyaban el proceso bolivariano, algunos ministros harían contacto con medios de comunicación social).

Trabajé en algunos informes en mi casa de La Florida. Me desayuné (6:00 am) y posteriormente me fui al Palacio de Miraflores, donde se había convocado una reunión del Consejo de Ministros. El ambiente de la calle era tenso. Analizamos la situación, y a través de la televisión veíamos como la gente se iba concentrando en el Este de la ciudad. Acordamos posponer la reunión. Algunos ministros fueron a hablar con la gente que se había concentrado en Miraflores y yo me fui para el Ministerio de la Defensa, donde había convocado una reunión con el Alto Mando. Se discutía lo que había que hacer, siempre en contacto con el Presidente, que estaba en Miraflores.

¿Se barajó en ese momento la posibilidad de aplicar el Plan Ávila?

De eso se habló en el Consejo de Ministros. La decisión final se delegó en manos del Presidente de la República, él fijaría el momento de la activación de ese plan, institucional, que ha sido aplicado en distintos gobiernos. La situación se volvió más tensa y los mensajes por televisión eran más agresivos. Ya se deslizaba la idea de que la marcha debía ir a Miraflores. Consideré que había que tomar medidas, entre otras, una alocución del general Lucas Rincón dirigida a la Fuerza Armada, y se preparó un escenario para que se dirigiera al país. Esto se consultó con el presidente Chávez y él lo prohibió.

Por decisión propia llamé a los directivos de las plantas televisoras, les dije que la sugerencia directa de ir a Miraflores era muy peligrosa, que tomaran en cuenta la paz del país. Me dijeron que la información estaba planteada, que tenían que informar; les dije que podían hacerlo, pero que había un problema de orden público y la situación se podía tornar sumamente grave.

Información desclasificada del Gobierno de Estados Unidos confirma, efectivamente, que se hicieron contactos con los medios y también con los empresarios. ¿Asumió esas gestiones?

No. Yo hice contacto con los medios directamente. También llamé a varios jerarcas de la Iglesia Católica. Les pedí que intercedieran, de alguna manera, para bajar las tensiones. Pero realmente no había ninguna disposición de evitar la confrontación.

¿A usted le consta que hubo contactos con el sector empresarial?


No me consta, y si se hicieron, yo por lo menos no estaba enterado. Yo me concreté a la cuestión militar y despaché permanentemente desde el Ministerio de la Defensa. Llamé a algunos dirigentes políticos que estaban en la calle, quienes a su vez me preguntaban por la situación, que era muy delicada. A las 2:00 pm, Lucas Rincón habló. Queríamos que estuvieran presentes todos los jefes militares, no pudimos localizar a (Efraín) Vásquez Velasco, comandante del Ejército. Según informaciones que me dieron ese día, se había escondido en un baño para eludir la convocatoria. Evidentemente, estaba comprometido con el golpe que luego se produjo. Posteriormente, ante la gravedad de la crisis, el Presidente decidió hablarle al país. Los medios decidieron partir la pantalla. Aquello evidenciaba que estábamos en una confrontación abierta. Había gente alrededor de Miraflores y la marcha se dirigía hacia allá. Creo que eso fue planificado, evidentemente.

¿Realmente lo cree?

Sí, estoy convencido. No hay una sola razón para dudar de que esa marcha hacia Miraflores fue planificada desde el primer momento. Mucha gente incauta participó de ella, porque no se les dijo con claridad qué iba a hacer la gente reunida.

¿Fue una marcha multitudinaria de incautos?

No. Había gente que quería marchar, pero que no estaba dispuesta a una confrontación. Por eso, cuando la marcha llega a Miraflores, el volumen era mucho menor al que tenía inicialmente. Uno se tiene que preguntar por qué se reunió esa gente para asumir esa actitud y menos de 48 horas después toda esa estructura de gobierno de facto que se montó se desplomó y no hubo una sola persona que saliera en defensa de Carmona y el golpe.

¿No es esa interrogante la mejor demostración de que la gente no estaba casada con el golpe?
Yo creo que mucha gente y sectores políticos de oposición no estaban ganados para un golpe, entre otras cosas, porque lo consideraban una aventura. Pero había un liderazgo, una conducción, y sectores muy radicalizados en esa marcha que explican lo que ocurrió.

¿Cuándo perdió el contacto con el presidente Chávez?

No, en ningún momento. Yo estuve en el Ministerio de la Defensa incluso después de que se desencadenaran los hechos violentos y de la alocución del vicealmirante (Héctor) Ramírez Pérez, quien fungía como uno de los líderes del movimiento y que luego fue designado ministro de la Defensa por (Pedro) Carmona. Esa alocución, que fue grabada antes de que se produjeran las víctimas, pero donde ya se anunciaba que había muertos. Estuve en Fuerte Tiuna hasta las 6 pm.
De ahí salimos en un helicóptero, junto con Lucas Rincón y otros oficiales de la Fuerza Armada, al Palacio de Miraflores. Desde ese momento estuve permanentemente en el despacho del presidente Chávez, haciendo un seguimiento de lo que estaba ocurriendo. Recibiendo información de los distintos frentes y componentes militares.

¿El Gobierno estaba en plenas funciones?

Fue una experiencia impactante, porque pude constatar allí la capacidad de liderazgo del presidente Chávez. El hombre, a quien se percibe como vehemente, apasionado, demuestra suficiente sangre fría y control sobre sí mismo para encarar situaciones de crisis. Cuando llegaba la información de que los puestos de comando de los distintos componentes o el propio Fuerte Tiuna habían sido tomados por los golpistas, el Presidente asumía esa información con mucha serenidad.

¿A qué hora fue eso?

A partir de las 8 de la noche.

¿A esa hora se había desmoronado el Gobierno?

No, ahí estaban todos los ministros, todo el tren Ejecutivo y había contacto con todas las regiones. Pero se advertía que avanzaba el golpe, hecho que se confirmó cuando los tanques del batallón Ayala, a los que se les había ordenado que salieran a resguardar Miraflores, se devolvieron, y cuando el batallón de la infantería de Marina, que iba a subir a Caracas, con propósitos similares, no lo hizo.

¿Usted, como ministro de la Defensa, cómo interpretó eso?


Como una señal de que había un pronunciamiento militar, cuyas características no se conocían suficientemente. Pero era obvio que avanzaba el golpe. Quiero decirte que cuando hubo certeza de que el golpe era imparable, hubo adhesiones de comandantes de batallones, de oficiales que estaban al frente de tropas. A las 11 pm, por ejemplo, llamó el hoy general Cliver Alcalá, que para entonces era comandante de la unidad de tanques del Fuerte Mara. “Presidente, está en marcha el golpe, quiero que me autorice a movilizar la unidad de tanques para tomar Maracaibo”. “Cliver, agradezco tu lealtad, pero no es el momento de reaccionar de esa manera. Vamos a esperar el desarrollo de los acontecimientos”.

Yo, que fui testigo de la conducta del Presidente, debo decir que él mantuvo la serenidad en todo momento y dio instrucciones a sus partidarios, tanto en el ámbito militar como en el civil, para que se mantuvieran a la expectativa, sin caer en provocaciones. Existía la amenaza de que iban a bombardear Miraflores. Yo mismo atendí una llamada de un jefe militar que dijo: “Tienen 10 minutos, vamos a bombardear”, le tiré el teléfono. Al rato llamó otro jefe militar con el mismo cuento, le dije “Ustedes no tienen bolas para hacer eso”.
En ese momento Chávez me preguntó “¿Qué crees que se debe hacer?...”, “Debemos irnos a Maracay”.

Si hubo diferencias entre el generalato y comandantes de batallones que mostraban su adhesión a Chávez, ¿por qué no cerraron filas y desbarataron el golpe?, ¿por qué no defendieron al Gobierno?

Era muy difícil desbaratarlo, porque los golpistas habían tomado los centros de mando; habían ocupado los comandos de los componentes y tenían bajo su mano el Fuerte Tiuna. Ahora bien, la respuesta que se produjo el 13 de abril confirmó que la mayoría de la oficialidad con mando de tropa tenía esa actitud de defensa del régimen constitucional y del gobierno del presidente Chávez.

¿A qué hora de la noche o de la madrugada cree que se desplomó el gobierno?


Sugerí que nos fuéramos a Maracay, pero el Presidente me dijo que tenía información de que la autopista estaba bloqueada. Bueno, vámonos al 23 de Enero, con la unidad que está defendiendo el Palacio.

¿Al Museo Histórico Militar?


No, al 23 de Enero, ¡A ese sector!

¿Y qué iban a hacer allí?

Luchar y defender al Gobierno. Ahí es cuando Chávez dice: “uno no sabe cuál va a ser la reacción de los golpistas, en lugar de bombardear Miraflores bombardean el 23 de Enero, ¿y las víctimas civiles? No podemos hacer eso”.
“Vamos a quedarnos aquí, en Miraflores, no creo que sean capaces de bombardear el Palacio”. “Se corre un gran riesgo”.
Chávez se aparta a un salón contiguo para atender una llamada de Fidel que había llamado en ese momento.
“Es inútil sacrificarse, la historia no termina este día, por el contrario, comienza a partir de ese momento”, le dice Fidel. Regresa, ya uniformado, pone la pistola sobre la mesa y me comunica lo siguiente. “He decidido ir a Fuerte Tiuna, a encarar a los golpistas”.

“Hugo, ¿tú sabes a lo que te estás exponiendo, no? A que te maten, a que te humillen, a que te vejen”.
“Sí, yo sé los riesgos que corro, pero quiero verles la cara a los traidores y ver qué van a hacer”.
En esas circunstancias, Chávez demostró un inmenso coraje y, efectivamente, esa fue una estratagema que le permitió a él introducir una contradicción que permitió horadar toda esa aventura que se estaba adelantando en ese momento.

Hubo reacciones distintas entre los militares que estaban en Fuerte Tiuna que, seguramente, obedecían a posiciones o cálculos políticos diferentes ¿Qué papel le asigna en el desenlace que finalmente se dio el 13 de abril?

Yo simplifico mi análisis sobre el 11-A, lo despojo de connotaciones ideológicas y lo ubico, simplemente, en el terreno de la lealtad o de la traición. Ese día hubo traidores, pero también gente que se mantuvo al lado del Presidente, que fue determinante para que pocas horas después se desplomara esa aventura. Quiero decir lo siguiente: a la hora que uno repiensa todo lo que ocurrió, 10 años después de esa felonía, de esa aventura que nos llevó al borde de una especie de guerra civil, ahí, en cuanto a la responsabilidad de quienes ejercíamos gobierno, hubo una subestimación, primero, de la capacidad de movilización de ese sector y luego del factor lealtad, asumido en términos globales, de oficiales que tenían importantes mandos.

¿No hubo una subestimación de los oficiales descontentos?


Justamente, hubo una subestimación, porque se pensaba que toda la institución era leal al Presidente y eso no era así, tenía fisuras, como se comprobó ese día. José Martí decía que en política lo real es lo que no se ve. Hubo una realidad que no advertimos en sectores de las Fuerzas Armadas y también esa capacidad de movilización que tiene el odio.

Si el operador político con más experiencia que tenía Chávez, precisamente, José Vicente Rangel, a la sazón ministro de la Defensa, no le encontraba significado a esa frase que acaba de citar, ¿Qué cabría suponer?

Allí fallaron mucho los organismos de inteligencia y seguridad, la información no fluía como debía fluir y había un extremado grado de confianza.

¿A qué hora perdió contacto con los organismos de seguridad, básicamente con la inteligencia?

Yo no llegué a perder el contacto. Los organismos de seguridad perdieron el contacto con la realidad y lo que transmitían no aclaraba la situación.

¿No advirtió, en ese momento, que la inteligencia estaba comprometida con el golpe?

Había algo peor, estaban enceguecidos, no tenían claridad de lo que se estaba gestando.

¿Incompetencia?

Tampoco incompetencia, llega un momento en que los organismos de seguridad e inteligencia se autobloquean en situaciones de crisis y eso explica, muchas veces, los procesos que se dan en el mundo. Uno no se explica, por ejemplo, que existiendo organismos eficientes, los gobiernos se desplomen.

¿No insistió en persuadir al presidente Chávez para que desistiera de ir al Fuerte Tiuna?


Era una decisión del Presidente de la República y había que respetarla. Yo era partidario de permanecer en Miraflores o salir a otro sitio para ver cómo se articulaba una respuesta inmediatamente. Ya, cuando era evidente que se estaba desplomando el Gobierno, llamé a mi esposa (Ana Ávalos), le dije te quiero decir que voy a permanecer aquí.

¿A qué hora fue eso?

A eso de las 11 de la noche. “Aquí está Pepe (José Vicente Rangel Ávalos), tu hijo, conmigo. Nosotros nos vamos a quedar aquí, pase lo que pase”.
Ella me dijo “yo sé que vas a proceder de esa manera”. Cuando Chávez se despide, permanecí un rato más en Miraflores y después, ya en la madrugada, me fui al Círculo Militar. Una vez que detuvieron al Presidente, dieron orden de que a mí me quitaran los elementos de seguridad y cortaron los teléfonos. Tengo que reconocer la lealtad de mis ayudantes militares, que estuvieron conmigo a pesar de esa decisión. Yo me sumergí, vamos a decirlo así, en la clandestinidad.

¿No tuvo ningún contacto con otros funcionarios del Gobierno?


Sí, los hubo. Al igual que con guarniciones y jefes de batallones. Yo tenía los teléfonos de muchos de ellos ¿qué está pasando? No, esto será provisional. Aquí no hay condiciones. Únicamente hay un factor sorpresa que fue determinante. Para mí la reacción que se produjo era perfectamente explicable.

¿No le declaró a la periodista Gioconda Soto que no sabía dónde estaba Diosdado Cabello?


No, no sabía, y seguramente que Diosdado tampoco sabía donde yo estaba. Yo empecé a actuar con los elementos que tenía a mano, con los contactos que tenía entre los militares y los civiles.

También le dijo a esa periodista una frase muy curiosa, que se iba a descansar y luego iba a cambiar el casete ¿Qué significa eso?


Significa que yo estaba declarando para un medio de comunicación y me interesaba que leyeran eso. Simplemente eso.

¿Por qué no calificó el 11-A como un golpe sino como un pronunciamiento militar?

Cuando ella me entrevistó estaba en marcha el pronunciamiento militar, no se había producido todavía el golpe, que se produjo, definitivamente, con la toma de posesión de Carmona. Ni los propios golpistas sabían quién iba a presidir la junta. No creas, yo estudié mucho esa declaración. Te advierto que la hice desde mi casa de habitación (en la Alta Florida). Del Círculo Militar salí para mi casa a rescatar unos papeles que me interesaban en caso de allanamiento, que no cayeran en manos del nuevo gobierno. Cuando suena el teléfono, a eso de las 9 am del día 12, y se identifica la persona, que es Gioconda, me dije a mí mismo: esta es la oportunidad de declarar.

¿Cuáles fueron los elementos que analizó?

Si estábamos en una actividad clandestina, si queríamos establecer contactos, a que no pensaran que yo estaba en esa actividad precisamente, sino que estaba en mi casa, marginado de toda actividad pública y me sacaba el casete de la política de la cabeza. Eso es información y contrainformación.

¿Habló con el presidente Chávez de esa entrevista?

Por supuesto.

Cabe suponer que el Presidente estaba pendiente de muchas cosas.


Sí, entre otras, cuando yo salí el día 13 del sitio donde estaba operando y me fui al Ministerio de la Defensa, tomamos el control, Vásquez Velasco estaba escondido en algún lugar de Fuerte Tiuna y Carmona que estaba allí, me dice, ¿por qué esto? ¿Qué está pasando? ¿No te das cuenta de la locura que has hecho, la grave crisis que le has creado al país? Tú eres un irresponsable. En el despacho estaba Carmona y los vicealmirantes Héctor Ramírez Pérez y Carlos Molina Tamayo. Agarré el teléfono y llamé a La Orchila, donde estaba Chávez, hablé con el almirante Echeto que era su custodio, le pasan el teléfono y me dice: “¿Cómo está ministro?”. “Quiero hablar con el Presidente…” “Se lo voy a pasar…” “Presidente lo está llamando el ministro de la Defensa…” “No quiero hablar con él…” “Es su ministro de la Defensa, es José Vicente Rangel…” “Coño, cómo es posible eso”, agarra el teléfono… “¿Y dónde estás tú, José Vicente?”. “Estoy aquí, en el Ministerio de la Defensa y tengo presos a todos estos carajos aquí, aquí están todos…” “No puede ser, es un milagro esa vaina”.

Hasta aquí la entrevista al ex ministro de defensa José Vicente Rangel.
Ahora esta otra nota publicada por Radio Nacional de Venezuela al entonces corresponsal de CNN en español en Venezuela, Otto Neustald, admitió semanas después de abril de 2002, junto con su esposa, la también periodista Gladys Rodríguez, cómo grabó a los militares.

Cuenta Otto: “Había conversado con diferentes amigos, en diferentes sectores y me habían dicho que algo se estaba preparando. El día 9 regresé. El día 10 en la noche me llaman por teléfono y me dicen: “Otto, mañana 11 viene un video de Chávez, la marcha se va hacia el Palacio de Miraflores, va haber unos muertos y aparecen unos 20 militares de alto rango pronunciándose en contra del Gobierno de Hugo Chávez y pidiéndole la renuncia”, esto me lo dicen el día 10 en la noche”.

“El día 11 en la mañana me dicen: “Ya no sabemos si son 20 los militares que se van a levantar, pero sí sigue siendo un grupo significativo de altos oficiales, y todo sigue como estaba programado (…) Yo estuve con la gente que se estaba pronunciando en contra del Presidente Chávez al menos dos horas antes de que comiencen los muertos”.

“Los militares estaban listos (…) y aparentemente habían coordinado un equipo de microondas para poder transmitir la señal porque iba a significar una especie de código para que en otras partes del país se levantasen”.

Lo interrumpe Gladys Rodríguez: “Los militares esperaban (…) que algún medio les mandara microonda, una cámara y la primera que llegó fue la de CNN, un medio internacional, no un medio nacional”.

Sigue Otto: “Y todavía no había llegado la microonda. Yo les digo “¿Por qué no hacemos un ensayo, para que una vez que esté listo para transmitir no cometan errores?”. Hacen el ensayo y yo lo grabo”.

El entonces vicealmirante Héctor Ramírez Pérez lee en ese video: “Con francotiradores. Para este momento van seis muertos y decenas de heridos en Caracas”.

De nuevo Otto: “Uno de ellos me dice: “¿Tú me garantizas que eso va a salir al aire?”, y yo le dije: “Si no lo fuese a sacar al aire, no estaría aquí”.

 

El Ministro para la Comunicación y la Información Andrés Izarra ha declarado que el Golpe de abril fue dirigido por medios de comunicación privados y apoyado por el imperio y la oligarquía nacional.

El Ministro para la Comunicación e Información, Andrés Izarra, instó al pueblo venezolano a no olvidar el atentado contra la democracia.

El Ministro para la Comunicación e Información, Andrés Izarra, señaló que los hechos ocurridos en abril de 2002, dejaron una gran lección para el mundo, “nunca antes se había dado un golpe mediático”.

Así lo expresó durante su participación en la instalación del Foro: La Revolución no será censurada. Evento que se lleva a cabo desde las instalaciones del Teatro Principal de Caracas, organizado por la cadena hermana de noticias TeleSur.

Manifestó que la realización de este foro tiene como fin “revivir las memorias y para que las nuevas generaciones puedan tener una visión de primera mano de lo qué ocurrió ese día, cómo se organizó un golpe de Estado entre los grandes medios de comunicación privados, la patronal económica, la oligarquía, y como el pueblo heroico rescató la democracia, el proceso revolucionario y a su líder Hugo Chávez”.

También, acotó que el golpe de Estado militar era un plan también del imperio, no solo de la oligarquía nacional.

Izarra subrayó que “hay numerosos documentos que testifican lo que el fue el rol de la misión militar de los Estados Unidos en Venezuela, en la organización del golpe de Estado”. Al mismo tiempo, instó al pueblo venezolano a no olvidar el atentado contra la democracia.

Otro Ex ministro Rodríguez Chapín que fue testigo excepcional afirma sobre el Golpe que:
El 11-A la oposición acumulaba el odio suficiente para matar a Chávez

Chacín aseguró que los sectores opositores no han abandonado los “rasgos violentos que evidenciaron en el año 2002”.
Los operadores del golpe de Estado de abril de 2002 eran capaces de asesinar al Presidente Hugo Chávez y acumulaban el odio suficiente para hacerlo, afirmó este domingo el ex ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, en entrevista con José Vicente Rangel, en su programa dominical, José Vicente Hoy.

Rodríguez Chacín sostuvo que el sector militar en desobediencia era “definitivamente capaz” de atentar contra la vida del presidente constitucional luego de su secuestro el 12 de abril publicó la Agencia Venezolana de Noticias.

“Eso está probado con las acciones, cuando llevan a Chávez a Turiamo; allí hubo intención de asesinarlo, que no se llevó a efecto a causa de la tropa que tuvo una actitud de defensa con el presidente”.

El ex ministro, quien fue testigo excepcional de ese hecho histórico, relató durante la entrevista el clima previo al golpe y la reacción fascista y represiva de los sectores de derecha apenas tomado el poder.

“Desde varias semanas antes percibíamos lo enrarecido del ambiente, se veían los movimientos y las jugadas que hacían, en este caso el grupo empresarial ya estaba reuniéndose con el embajador norteamericano y políticos golpistas. (Además) hay evidencias, testimonios de una misión militar norteamericana con los golpistas”, describió.

Consideró Rodríguez Chacín, que la oposición no ha perdido el odio ni los rasgos violentos que evidenciaron en el año 2002 y considera posible que intenten algún tipo de acción violenta o desestabilizadora ante el evidente apoyo de la población al presidente Chávez por encima de su aspirante para las elecciones, Henrique Capriles Radonski.

“Esos mismos que querían pasar sobre la Constitución, que disolvieron los poderes públicos y se coronaron prácticamente como mandatarios; esos mismos grupos son los que hoy quieren acceder al poder vestidos de cordero, con las mismas intenciones de desmontar este Estado de justicia social, este Estado de independencia, este Estado de igualdad, para montar un Estado que beneficie a sectores de la oligarquía venezolana”,
precisó.

Advirtió además, que los sectores bolivarianos deben estar alertas ante los movimientos de la oposición, porque “ellos (la derecha) no han aprendido (del golpe), y aunque no tienen la circunstancia y el momento para enfrentar un golpe de fuerza, igual debemos cuidarnos”.

El diario de derecha El Nacional alaba al asesor de guerra sucia de Radonski.

Declara Pérez Pirela: que medios de la derecha victimizan hoy a Carmona Estanga.

“Ayer El NAZI-onal, en uno de los titulares, afirmó algo así como que ‘se celebran 10 años de los sucesos que profundizaron la división entre los venezolanos’, no hablan de Golpe; El NAZI-onal dice eso”.

“A 10 años de la masacre en Puente Llaguno la oposición está huyendo hacia delante…”, denunció Miguel Ángel Pérez Pirela, al demostrar cómo están tratando, hoy, de presentar a principales protagonistas del golpe de Estado como inocentes venezolanos que no tienen responsabilidad alguna en la masacre y el derrocamiento de un gobierno democrático legítimo.

“Ayer El NAZI-onal, en uno de los titulares, afirmó algo así como que ‘se celebran 10 años de los sucesos que profundizaron la división entre los venezolanos’, no hablan de golpe; El NAZI-onal dice eso”,
advirtió el conductor de Cayendo y Corriendo.

“Comienza la semana de abril y a 10 años del Golpe de Estado, ciertos medios privados no temen dejar en claro su postura de esa época y actualmente”, aseveró Pérez Pirela según reseñó el portal web de VTV.

En este sentido, analizó lo publicado este domingo por el diario Últimas Noticias, con dos entrevistas supuestamente periodísticas que son prueba de su intento por legitimar la versión de la derecha de que no hubo golpe en abril de 2002.

Comparó las entrevistas a José Vicente Rangel (entonces Ministro para la Defensa) y a Pedro Carmona Estanga (otrora presidente de Fedecámaras y autojuramentado como dictador de facto).

“A Carmona los presentan como la pieza más débil del 11 de Abril, a través de preguntas que justifican y lo absuelven de las responsabilidad penales”, dijo indignado Pérez Pirela, al analizar la entrevista bajo el título “Carmona: Yo no voy a tirar al pajón a nadie”.

“¡Chico!, durante toda la entrevista a Carmona, éste se autoelogia como un hombre de bien, no un cobarde, sino como un noble a quien no se le puede atacar moralmente. En total son apenas 9 preguntas en las que el entrevistador se olvida de aspectos claves como la relación de Carmona con Fedecámaras, con los partidos políticos y los dueños de medios. Eso no existe en la entrevista”, advirtió.

“Lo escueto de la entrevista es un punto a resaltar, porque se trata de un individuo (Carmona) que tiene 10 años evitando apariciones públicas y resulta que en esta entrevista (de Últimas Noticias) no se profundiza ni un poquito sobre la masacre, sobre el golpe de Estado y la dictadura”, reclamó.

“A grandes rasgos se pretende legitimar la versión opositora…”,
acotó Pérez Pirela, explicando que se intentó cercar a quien fuera Ministro de la Defensa, para que de alguna manera confirmara que solo fue una marcha “espontánea” “y mantener la hipótesis de que no hubo golpe”.

“Nada de eso se le preguntó a Carmona Estanga”, sentenció Pérez Pirela.

Presentó además otras planas de periódicos opositores, que conforman la hemeroteca de la vergüenza de los medios privados, publicados en abril de 2002, que preparaban mediáticamente el Golpe de Estado.

Asimismo, redifundió y analizó la entrevista al entonces ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chapín, quien ratificó el fascismo del que fue víctima de los entonces alcaldes de Chacao, Leopoldo López, y de Baruta, Henrique Carriles Radonski, cuando allanaron su vivienda y lo llevaron preso ilegalmente, con policías armados, francotiradores y sin órdenes judiciales para transmitir el show fascista por televisión.

“Capriles Radonski y Leopoldo López lo que hicieron el 11A fue ejecutar el fascismo que tienen en sus mentes”, dijo Pérez Pirerla. “¡Qué cachetada para el pueblo venezolano que uno de los partidos golpistas haya sido precisamente el que se hace llamar Primero Justicia!”, agregó.

“10 años después, la oposición presenta a Radonski, el "pichón de Hitler", como candidato de la derecha. ¡Dios nos libre!”.

El vicepresidente venezolano Jaua por su parte manifestó que este jueves se recordará al fascismo en Venezuela.
No olvidemos el peligro que significa en una sociedad.

El vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, afirmó que en la conmemoración de los 10 años del golpe de Estado en contra del gobierno del presidente Hugo Chávez, “no debemos olvidar el peligro que significa el fascismo en una sociedad”.

En una entrevista a Telesur, expuso que el fascismo se va incubando dentro de la sociedad y combinado con la propaganda política y las campañas mediáticas de descréticos, se producen hechos como el registrado el 11 de abril del 2002, cuando la oposición venezolana logró separar por 48 horas del poder al presidente Chávez.

Sin embargo, consideró que la conciencia de un colectivo y la lealtad de las Fuerzas Armadas impidió la concreción de una “dictadura” en ese momento reseñó el sitio web de Telesur.

Dijo que lograron romper el silencio comunicacional y se integró espontáneamente una fuerza cívico militar que impidió el éxito del golpe de Estado.

Recordó el retorno del presidente Chávez el 13 de abril, aclamado por un pueblo y unos militares que hicieron respetar la institucionalidad.

En tal sentido, a 10 años de ese suceso, el vicepresidente Jaua sostuvo que los medios de comunicación jugaron “un papel determinante”, pues en Venezuela se dio “un golpe mediático” y es que la acción “no tenía sustento militar” y pudo “ser derrotado en sólo 48 horas”.

Explicó que se construyó un escenario falso para la ejecución del golpe de Estado, iniciado por campañas de descrédito de los programas sociales y apuntando hacia la instauración de un gobierno autocrático y de ideología comunista.

El 11 de abril montaron “la farsa” de la supuesta masacre al pueblo venezolano por parte del gobierno, pero en realidad se trató de una policía involucrada en ese movimiento irregular que disparó contra las personas, reclamó el Vicepresidente.

A pesar de esta situación, recordó que a la mayoría de los voceros políticos que encabezaron el golpe se les garantizaron sus derechos y gozan de libertad, inclusive se han sumado a los procesos electorales, refiriéndose al gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien se postulará como aspirante a la Presidencia en las próximas elecciones del 7 de octubre.

“¿Puede un personaje que asaltó una embajada internacional ser presidente de Venezuela?”, preguntó. Señaló, además, que al fascismo no le ha quedado otra opción que sumarse al juego democrático.

Elías Jaua expresó que esta semana se celebrarán diversas actividades para recordar estos hechos y reafirmar la importancia de que el pueblo venezolano se mantenga alerta.

Añadió que el presidente Hugo Chávez, quien se encuentra en Cuba recibiendo tratamiento de radio terapia, podría participar en alguno de los foros dispuestos para celebrar esta fecha histórica de la victoria del pueblo venezolano contra el fascismo.